Que palabras se me vienen a la mente, solo tu recuerdo en mi devenir que no alcanza a ser una brisa sino más bien un lamento. Tu ojos cerrados y abiertos penetran mis huesos, rompiendo las cadenas del olvido y sutil abismo donde quedan mis desvelos. Mi niña, mi niña linda tierna y hermosa, que tus ojos no sepan de las lluvias de otoño ni de la sequedad de marzo., que tus piernas solo avancen en tus sueños y que tu corazon palpite en cada segundo de tu felicidad.
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